Como dijo una amiga... A esas
cosas, que andan por ahí, rastreros que no dan ni lástima, les diré: Asesinando al hombre no lograrán matar las
ideas, también los condeno: no dormirán
en paz mientras vivan, hoy asesinan al
joven más joven, de sentimientos
nobles, un hijo más de la revolución, el hijo de la madre que hoy calla cuando
el clarín de la patria lo llamó, no es el único, hay muchos Robert Serra caminando
por las calles, dando clases en las escuelas, los liceos, bajando y subiendo
cerros, haciendo guardias en farmacia, abastos y tal vez manejando un
transporte colectivo. Por eso es
difícil que acaben tan fácil con un
pueblo que sale todos los días a combatir por la justicia y la igualdad.
Se les acabarán las balas, los puñales, las
armas, las bombas, laboratorios para
hacer su veneno, inventaran otros dioses, ya los que tienen se le agotaron,
pero los hombres y mujeres de buena voluntad nacen por miles y todos los días, cada día germina la semilla de la paz y la
justicia, que se regará con nuestras lágrimas y nuestro dolor, que será el
abono para el fruto bueno.
Los que quieren
acabar el comienzo de la vida no podrán, váyanse a revisar la historia
de los pueblos, este, lo hace desde 1492 desde un mal día que pisaron la tierra
de nuestros libertadores, los que nunca se rindieron ni se arrodillaron, hoy,
seguimos en la misma batalla, una de las armas que más le da en su mera madre,
como dicen los hermanos de México, es la historia...
!como les duele!
Sigamos recordándosela, se
espelucan cuando lo hacemos. Los que creyeron que quitando a nuestro amado
hijo, nos debilitan, se equivocan de
nuevo, nos dieron más fuerza, para
luchar en su nombre, los que usaron los puñales, le dieron lo que valen ellos,
pero los que pagaron el mandado no les alcanzará la vida para saldar las
cuentas con la historia y con el pueblo, nuestra satisfacción será que si los vamos a ver caer a
pedazos, dejando atrás las ruinas
de sus almas arrastradas ante el imperio de la justicia, vomitando el odio que
es lo único que dejan en su camino.
Robert entrego su vida por la
vida, igual que su compañera, los fariseos hipócritas, no podrán ni respirar el
aire por donde pase la presencia de nuestro amado hijo y camarada, ni que vayan
a esconderse debajo de las piedras en la luna, escaparan de la justicia del
pueblo.
Robert murió por la vida, pero
sus asesinos, ya están muertos, murieron al matar, no hicieron nada por ellos mismos, ni a poca cosa llegan, igual les digo
a aquellos alcahuetas, que se ríen del dolor ajeno, del sentimiento de un
pueblo, que hoy llora la caída de este soldado que dio su vida por nosotros,
que Robert no queda ahí, veremos nacer
muchos Robert en el camino que andamos , en su lucha que es la nuestra, la
misma de nuestros ancestros desde 1492, hasta ahora la del 2014, los mismos que
buscamos la libertad, la justicia y la paz.
Aquellos que están en contra de
nuestros principios y en contra de los pueblos de buena voluntad, ya murieron. Nosotros viviremos y venceremos.
Norma Rivas Santacruz
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